PALABRA DE MONA LISA


Aquí estoy, sí: el cuadro más famoso de la historia.
Sobre mí se ha escrito de todo: tratados artísticos, científicos, best-sellers… y en ellos se ha dicho de todo, también: que si era la esposa de un rico italiano, que si era el modelo de belleza clásica, que si era el autorretrato de Leonardo, un hombre disfrazado de mujer -¡!-, … y muchas cosas más, lo que pasa es que ya he perdido la cuenta de la cantidad de memeces que escucho al día.
Eso, por no hablar de mis versiones: me han pintado con bigote, como una caricatura, con pechos exagerados… riéndose de mí en mis propias narices, y yo, nada, impasible, siempre con mi cara de póker. Esta cara que siempre he odiado, rara como ella sola. Porque mi pintor podría haberme hecho como la Venus de Urbino, o como la de Botticelli, o como a la misma Virgen de las Rocas. Pero no… me tuvo que colocar estos ojos sin cejas ni pestañas, esta nariz gorda, y esta sonrisa forzadísima que no saben lo incómoda que es cuando se lleva tantos años con ella.
Pero es mi cara. Y no puedo cambiarla, porque esta es la que tengo, y la que tendré siempre. Incluso cuando me robaron, ahí estaba yo, con mi estúpida sonrisa, debajo del brazo del odioso ladrón; cuando me pusieron verde como una lechuga, en una cruel restauración, ahí estaba yo también, con mi mirada extraviada.
Más de cuatro siglos llevo soportando todas estas miserias -¡y lo que me queda!-, y créanme, ya estoy cansada. Como también estoy cansada de estar expuesta todos los días, de 9:00 am a 6:00 pm, a las miradas curiosas de un montón de desconocidos, venga a mirarme de un lado, de otro, desde lejos, desde cerca, como si fuera a cambiar en algo por lo que ellos hicieran.

Pero a nadie le interesa si estoy o no estoy harta. Por eso me siento tan sola, porque nadie me entenderá nunca, nadie se dará cuenta de mi pena secreta.
Y por eso digo que sí, que soy la Gioconda, la Mona Lisa, o como les dé la gana llamarme, pero que hubiera preferido ser el garabato de un niño que luego tiran a la basura, y que a nadie le importa.

--
Pintura: "La Mona Lisa", de Leonardo da Vinci.
Texto: Esperanza.

No hay comentarios:

Olvídate de fechas, de etapas, de etiquetas.

Mira. Lee. Disfruta.

Vive el arte por el arte.