PLAYA DE MIS SUEÑOS


Por fin aquí.
Me parece como si mil años o más llevara deseando venir a esta playa donde los relojes se derriten y los colores se diluyen en un universo de paz y silencio. La he visto muchas noches, en mis mejores sueños, y siempre, al despertar, he maldecido mi suerte por no poder quedarme en ella.
En esta playa de mis sueños, las horas se alargan y languidecen, se vuelven blandas y ondulantes, se diluyen en el éter luminoso de la eternidad como si fueran banderas blancas para el olvido.
Todo mi ser se desvanece; mis átomos se funden con el espíritu de esta playa infinita.

Hoy, el último hoy, no hubo tiempo para nada.
No tuve tiempo para ir y venir en mi rutina aplastante.
No tuve tiempo para deprimirme, ni para llorar y arrepentirme de cada una de las cosas que quisiera no haber hecho y de no haber hecho otras tantas que sí que pude.
No tuve tiempo para tener remordimientos ni para lamentarme por todas las heridas de mi vida.
Hoy mi reloj se paró a las siete menos cinco. Y desde ese momento, todas esas cosas –los tormentos, los miedos, los rencores guardados a mí misma- sobraron.

Por fin, el tiempo se ha esfumado; me ha dejado sin pasado, sin nostalgias ni dolores ni reproches; sin futuro, sin las fantasías ni las falsas ilusiones que me atarían y luego dolerían al no cumplirse. El tiempo se ha ido, y me ha dejado el presente, que ya no es el presente… sino el SIEMPRE.


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Pintura: "Persistencia en la memoria", de Dalí.
Texto: Esperanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito Espe !!! sobretodo el final que te deja muy pensativo.

Sigue asi !!!! Bsss tkmmm

Olvídate de fechas, de etapas, de etiquetas.

Mira. Lee. Disfruta.

Vive el arte por el arte.